M. Verónica Jimeno, profesora de Criminología de la Universidad de Castilla-La Mancha y responsable de la linea de investigación de Victimología del Centro de Investigación en Criminología ha publicado un artículo en la prestigiosa revista Journal of Interpersonal Violence
En ocasiones, tal vez más de las que creemos, los niños y niñas sufren experiencias traumáticas durante su corta infancia, que influyen de formas muy variadas en su desarrollo posterior. Algunos de estos menores, en la actualidad, viven en Hogares Tutelados como medida de protección a la infancia, ya que por diferentes motivos tuvieron que ser apartados de su entorno familiar, donde en general, sus cuidadores primarios no eran capaces de satisfacer las necesidades básicas de estos menores, debido a diferentes factores y circunstancias que vulneran su capacidad como padres, provocando un ambiente familiar patogénico.
Se ha demostrado cómo las consecuencias del maltrato afectan a todos los ámbitos del desarrollo: tanto afectivo, social como neurobiológico, provocando problemas a nivel emocional, cognitivo, interpersonal y comportamental. Un aspecto clave en el estudio de las consecuencias cognitivas y afectivas del maltrato infantil es la memoria autobiográfica (memoria que nos permite recordar qué nos ha sucedido en el pasado), especialmente con respecto a la dificultad para recuperar recuerdos específicos (aquellos vividos en primera persona). A esta dificultad para acceder a recuerdos autobiográficos de tipo especifico se conoce como memoria sobregeneral.
Con el artículo de titulo “Autobiographical Memory Impairment in Adolescents in Out-of-Home Care” se ha llevado a cabo una investigación centrada en conocer las diferencias en sintomatología depresiva, memoria autobiográfica y capacidad de acceso a recuerdos autobiográficos entre adolescentes en acogimiento residencial y un grupo de adolescentes que vivía con sus familias biológicas. Los resultados señalan que los menores en acogimiento residencial que habían sufrido experiencias traumáticas durante su infancia en su entorno familiar, mostraron un mayor estado de ánimo depresivo y mayor dificultad en la memoria de trabajo y en la capacidad de acceso a recuerdos autobiográficos que los menores que vivían con sus familias biológicas y nunca habían tenido contacto con los servicios de protección a la infancia.
En resumen, experimentar múltiples formas de maltrato infantil y factores de estrés traumáticos relacionados se asocia con una mayor probabilidad de alteraciones autobiográficas de la memoria relacionadas con la infancia, una variable psicológica que se ha relacionado con la vulnerabilidad a la depresión clínica de estos menores.
Este estudio realiza una interesante aportación al campo de la victimología de la infancia y de la adolescencia, proporcionando información sobre las consecuencias de los procesos de victimización infantil, en una muestra muy específica como son los adolescentes en acogimiento residencial y en comparación con un grupo de control de la misma edad, que en el momento de la recogida de datos vivían con sus familias biológicas. Unos resultados que también pueden ser muy útiles para todos los profesionales de los servicios de salud mental infanto juvenil, los servicios sociales y educadores sociales que trabajen con menores en situación de protección en acogimiento residencial.