Cuando Federico Valero me habló por primera vez de Germán Marina Muñoz y de sus trabajos como anillador de aves, concretamente de sus anillamientos de cigüeñas blancas en Ávila y Segovia, sentí una gran curiosidad por conocer más sobre su vida, sus trabajos como anillador, y las motivaciones que le llevaron a emplear el anillamiento como herramienta para el estudio de las migraciones. Federico no tardó en pasarme algunos de los trabajos sobre el anillamiento científico de aves que habían sido rescatados por Isaías Moraga, que celosamente había guardado en su biblioteca personal. Toda una suerte, a tenor de lo que cuentan los autores de este libro, ya que de las múltiples y variopintas publicaciones que a lo largo de su dilatada vida Germán Marina llegó a escribir, parece que solo quedan disponibles los ejemplares conservados por Isaías Moraga. Su familia no conserva ningún ejemplar y en la Biblioteca Nacional sólo hay algunos.
Muchas veces he pasado por delante de la casa donde nació Germán Marina Muñoz cuando iba a casa de mis abuelos maternos, y nunca sospeché que uno de los pioneros en el anillamiento científico, una de las técnicas que revolucionó el estudio de las migraciones de las aves, había nacido y vivido temporalmente a la vuelta de la esquina. Gracias a Isaías Moraga, ya Federico Valero por su incansable y persistente empeño, la obra de Germán Marina Muñoz ha sido rescatada del olvido y con ello su legado, mostrando una vez más (ya contamos con algún precedente, como el de D. Francisco Rivas Moreno), que en nuestro pueblo hubo gente avezada, llena de inquietudes, que no se arrugaron ante el contexto de los tiempos difíciles en los que les tocó vivir y que no obstante, estuvieron a la vanguardia en el desarrollo de su labor profesional.
Germán Marina, que provenía de una familia acomodada, no desaprovechó la oportunidad de cursar unos estudios universitarios a principios del siglo XX, lo que en aquellos tiempos debía ser todo un reto. Fue ingeniero de montes, una titulación académica que pretende cubrir la necesidad de mejorar la productividad de los montes. Sin embargo, Germán dedicó parte de su labor profesional al estudio de la migración en aves, lo que era y es una disciplina más bien de biólogos. Desconozco si por aquel entonces ya existían ciertos recelos profesionales entre biólogos e ingenieros y en que grado unos intentaban acaparar las competencias de otros, pero no sería muy descabellado apuntar, que tuvo que haber ciertos desencuentros. De hecho, en el "Manual para el anillamiento científico de aves" que salió a la luz en el año 2000 y que actualmente es uno de los libros de referencia para todo aquel que desee ser anillador, se comenta con deleite como los biólogos tomaron la delantera a los ingenieros en el uso de anillas con remite propio. En cualquier caso, Germán Marina por iniciativa propia creó un remite para sus anillas "FORESTAL MADRID ESPAÑA", que utilizó para anillar unas 400 aves, la mayoría cigüeñas blancas entre 1934 y 1936. Este, junto al remite "MUSEO DE CIENCIAS", fueron los dos remites pioneros que portaron las primeras anillas españolas. Actualmente no se conservan los datos de los 400 anillamientos realizados por Germán Marina debido principalmente a que las instalaciones del Instituto Forestal de Investigaciones y Experiencias, donde trabajaba Germán Marina dentro de la sección de Vertebrados Terrestres, fueron saqueadas. Afortunadamente, sí podemos disfrutar de las dos publicaciones de anillamiento de cigüeñas en Segovia y Á vila que se han reeditado junto con este libro en edición facsímil.
INDICE
Prólogo 7
Introducción 9
Aves anilladas 21
Cigüeñas de Ávila 37
Cigüeñas de Segovia 57
La poda de encinares 61
Los problemas de España Langosta y Roturación 75
Los circunloquios de los pinos 79