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Escuela de Democracia

Cartel

ESCUELA DE DEMOCRACIA

El proceso hacia la Constitución española de 1978

El 45ª aniversario de la Constitución Española que se cumplió en 2023 nos lleva a plantear preguntas sobre
nuestra Carta Magna. De manera constante se producen referencias a la misma, bien en la crítica a su estatismo
como en los avisos de peligro sobre las más mínimas posibilidades de reforma de su articulado. Opiniones
encontradas que dejan percibir una necesidad de descubrir de nuevo qué pasó en aquellos años, en otras
palabras, cómo fue dibujándose un proceso a medio camino entre objetivos marcados y la duda o la
improvisación. Un evento que nada estático y, a la vez, flotando sobre un mar de incertidumbre. En la actualidad
desde todos los planos de la actividad política se observa la cita a aquel período, el cual, durante más de cuatro
décadas, ha perfilado las maneras y modos de un futuro incierto, pero siempre basado en ese acuerdo
fundacional de convivencia.
Una sociedad en cambio como la de aquellos años setenta demandaba un régimen que permitiera transitar hacia
la democracia. Pero la cultura democrática había que construirla. Definir modos y valores para que el diálogo, el
debate –en definitiva, la esencia de la democracia– llegara en primer lugar a dicha sociedad, y posteriormente, se
consolidara en el tiempo. La herencia de cuatro décadas de una dictadura militar anacrónica en el espacio
europeo del estado del bienestar provocaba desajustes entre lo que se decía y lo que se hacía. Fue necesario
crear estos marcos y railes por donde transitarían estos espacios de convivencia.
Porque la definición final de la Constitución de 1978 procede de un debate interno en unas Cortes parlamentarias
nunca definidas como ‘Constituyentes’. Pero también de un proceso más prolongado en el tiempo en el que
dictadura y oposición confluían para verificar la única salida razonable en aquel contexto. En el aprendizaje de los
usos y maneras de una democracia se construyó esta, primero entre sus elites, y luego en la socialización de una
ruptura mental lo más amplia posible para ser capaces de construir futuro. En este proceso hubo proyectos que
terminaron en cierto éxito, pero también otros que descarrilaron en el camino. La conjunción de éxitos y fracasos
llevo a un camino no esperado, lleno de saltos al vacío, pruebas nunca realizadas o vías jamás transitadas. Una
experiencia de transición de la dictadura a la democracia que como todas fue singular.
Los fondos utilizados en esta exposición, procedentes de la Fundación Pablo Iglesias, de la Colección Privada de
Miguel Gutiérrez, y de la colección privada de Ramón Adell Argilés, muestran esa tortuosa senda, incluyendo los
caminos sin explorar. Visualizaremos lo efímero de algunos mensajes, la consolidación posterior de otros, en un
proceso político que era de todo menos fácil. Nunca marcado en su totalidad. Vigilantes al día del desarrollo del
proceso. Y que evidenciaba una sociedad que luchaba por su representatividad, por dejarse oír, por incidir en el
“ágora” pública tras su alejamiento durante décadas. Instituciones que se habían apartado de los nuevos rumbos
de la sociedad, que necesitaban ahora buscar nuevas maneras de actuación, basadas en el respeto, la
representatividad y la apertura de miras. Confluencia en un camino lleno de contextos de violencia, y que, aun
así, fue capaz de construir entre todos un futuro común.
La auténtica clave fue la interiorización en una gran mayoría social de la necesidad de buscar futuros de manera
común. La esencia de la democracia. Incluir en las minorías en las mayorías y aprender a respetar al diferente,
sin demonizarlo. La Constitución de diciembre de 1978 cierra una primera fase. E incluso algunos consideraban
que su cometido de llevar hacia un régimen democrático ya había acabado en la aprobación del texto legislativo.
Fue el principio, porque la calidad de una democracia se observa en sus modos, en su práctica de diálogo y
debate, no en su literalidad.

Emilio Grandio Seoane
Profesor Titular Historia Contemporánea Universidad de Santiago de Compostela

Misael Arturo López Zapico
Profesor Contratado Doctor Historia Contemporánea Universidad Complutense de Madrid