Asociaciones y empresas dedicadas al sector de energías renovables llevan tiempo preocupándose y trabajando por establecer unos estándares de integración social y ambiental de sus proyectos. El pasado julio El Grupo de Investigación de la Sección de Medio Ambiente y Recursos Forestales del Instituto de Investigación en Energías Renovables (IER), ha presentado los resultados de un estudio en esta línea. Se trata de una iniciativa donde se identifican afecciones y se potencian algunas actuaciones positivas para favorecer la integración ambiental de las instalaciones solares fotovoltaicas en el territorio agrario Castellano-Manchego.
Fruto de este estudio, donde se ha hecho un seguimiento espacio temporal de suelo, biodiversidad vegetal y fauna en instalaciones fotovoltaicas de la región, ha sido la elaboración de un manual, que junto con otras iniciativas paralelas, puede contribuir a una gestión ambiental sostenible de instalaciones fotovoltaicas.
Los investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha, Manuela Andrés Abellán, Francisco A. García Morote, Francisco R. López Serrano, Eva Rubio, Marta I. Picazo y Francisco Saucedo, pertenecientes al Departamento de Ciencia y Tecnología Agroforestal y Genética de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes de Albacete (ETSIAM), y adscritos al Instituto de Investigación en Energías Renovables (IER), junto a expertos en fauna externos a la UCLM han realizado un análisis de la evolución de la calidad del suelo y de la biodiversidad específica vegetal y faunística, en instalaciones fotovoltaicas de Castilla-La Mancha, trascurridos más de cinco años de su funcionamiento.
Sus resultados muestran según el análisis de los indicadores ambientales estudiados en los agrosistemas manchegos, que la calidad del suelo evoluciona favorablemente hacia un estado intermedio de transición entre suelos típicos de sistemas agrícolas de partida (cultivos herbáceos), y se va aproximando a suelos forestales naturales, de mayor calidad. Paralelamente a la evolución del suelo, la cubierta vegetal se comporta de forma similar, aumenta su diversidad, constituyéndose así un ecotono cuya adecuada gestión permitiría determinar un aprovechamiento secundario de cada instalación, como la apicultura, plantas medicinales y pastos. Por último, el mantenimiento de la diversidad vegetal permite a estos enclaves ser hábitat y refugio de diversas especies animales. Ello sumado a la eliminación del uso de fitosanitarios, por el abandono del cultivo agrícola, equilibra la estructura y la función de una cadena trófica típica de ecosistemas naturales de La Mancha.
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