Antonio Jurado. Objetos comunes, cuerpos descomunales.
En Objetos comunes Antonio Jurado reflexiona sobre nuestra sociedad y el consumo excesivo, la producción en masa, la acumulación, la atracción y el deseo que todo ello genera. Los objetos que Jurado nos presenta son comunes porque no hay nada que les haga especiales en principio, forman parte de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, en su proceso artístico juega con la escala convirtiendo esos objetos en objetos descomunales, algo que no solo implica el cambio de dimensión evidente, sino que lo des-comunal aquí también se refiere a salirse de lo común, hacerse algo extraordinario. Entre la alteración de la escala y la ausencia del color -o en la homogeneidad del color del mármol-, el trabajo de Jurado logra, por una parte, que quien lo mira reconozca la figura, y por otro una sensación de extrañeza, de estar entre lo familiar y lo desconcertante, incluso hasta sentirnos encogidos-as ante su obra -encogidos y sobrecogidos.
El uso del mármol es también significativo, pues es material por antonomasia de la escultura clásica, de la escultura con mayúsculas, de la representación de las deidades, de los ídolos, de figuras heroicas, y Jurado, cuestionando esta relación, recurre al material para representar otros cuerpos, otras formas, otras figuras, otros vínculos con el deseo y la admiración. También observamos diferencias entre esos cuerpos, pues en muchas de las representaciones de Jurado se advierte un vínculo con el mundo, con las personas, … en estas cosas intuimos un uso, apreciamos cierta fragilidad por la relación que han tenido con alguien. Podríamos pensar en el paso del objeto al objeto-sujeto al que se refería Beuys al hablar de las cosas que nos han pertenecido y por lo tanto dejan de ser cualquier otra cosa. Objetos que son comunes y descomunales al mismo tiempo.
Ruth Sanjuán